En la sociedad mexica el tequio fue parte la organización social y económica, eran frecuentes los trabajos comunitarios para la construcción de canales, calzadas, reparación de templos o cualquier otra obra que fuese de utilidad para la comunidad del barrio o de la ciudad. Tras la conquista de México, y bajo el nombre de cuadrilleros, estos trabajos comunitarios continuaron siendo utilizados, eran considerados como parte del tributo obligatorio que debían prestar los indígenas al rey, a los nobles, funcionarios, señores o encomenderos. Hacia 1605 el virrey Juan de Mendoza y Luna emitió las Ordenanzas sobre el tequio y la tarea que han de tener los indios para tratar de evitar los agravios y vejaciones que se hacían a través del repartimiento de indios.
La actual Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Oaxaca en su artículo 12 contempla que “las autoridades municipales preservarán el tequio como expresión de solidaridad comunitaria, según los usos de cada pueblo y comunidad indígenas”. De hecho, el tequio puede ser considerado por ley como una forma de pago de contribuciones municipales. En las comunidades triquis el tequio es obligatorio y no remunerado, participar en estos trabajos colectivos da prestigio ante los ojos de la comunidad. Participar en estos trabajos comunitarios es un elemento que se considera para aquellos que aspiran a tener un cargo como autoridad de la misma. Las comunidades mixes han logrado obtener infraestructura para suministro de agua potable, energía eléctrica, caminos y otras necesidades a través de la colaboración colectiva en los tequios.
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